miércoles, 23 de mayo de 2012

REQUIEM POR LO REAL


Lo real es una construcción, una producción: el efecto de compresión y expansión de lo que se materializa. La materia es la sustancia y el resultado de la producción. Se trata de concebir los existentes como agregados de materia formados mediante la acción y manipulación -esto es, producción- de fuerzas que son “descubiertas”: generadas en el mismo movimiento de materialización. De esta forma se construye un mundo. Una vez éste consolida su estatuto ontológico, con el tiempo se puede especular al infinito y transformar la naturaleza de los agregados, jugando con ellos pasando de montones a estructuras, de estructuras a sistemas y relaciones, de la acción y reacción al feedback, de la materia y la energía a los códigos, de lo newtoniano a los universos einsteiniano y cuántico, en resumen de la producción a la reproducción en un movimiento continuo. Producir realidad es un trabajo y todo trabaja para producir más realidad: hoy su simulacro, cuando la brutal crisis en la que nos hallamos nos devuelve la angustia por lo necesario, lo útil, lo concreto, el valor de uso (la realidad sólo existe cuando tenemos problemas. Lo real es el reino de la angustia. No es más que el reino de la necesidad en el que se nos encierra a la mayoría. Pero más allá todo es posible).

Lo real se constituye mediante la fuerza y por la fuerza. La energía es el producto de la aplicación de esa fuerza y se manifiesta de muchas formas (mecánica, electromagnética, atómica, química; pero también aparece con la aplicación de fuerzas sobre los sujetos. En ese caso también se le suele llamar poder). “Energía” proviene del griego ergon, “obra”, “resultado final”. Con la adición del prefijo en su significado pasó a ser “fuerza interna” y a estar en actividad desplegando esa fuerza, pero también estar agitado, encendido: energoumenos: la creencia en lo real y la energía nos ha convertido a todos en unos energúmenos.

La aplicación de la fuerza, de la presión y agregación generan la densidad, el espesor, la masa de las entidades: la clausura de un mundo material genera identidades, existentes cerrados que permanecen y perseveran según esa identidad. Son reales. Son objetivos. En el pasado la fuerza era el despliegue de una voluntad: del soberano, de los dioses, de los hombres, del mundo. Se fundamentaba en la autoridad. En nuestra civilización la fuerza se considera un fenómeno objetivo que se da en lo existente en general, no depende de volición alguna sino que forma parte de la constitución de los objetos y es por ello clave en la noción realista del universo. Fuerza y realidad están vinculados; lo real opone resistencia.

La presión y la cristalización implican también la creación de una sociedad y un orden de opresión, re-presión sobre algo o alguien. Con el advenimiento de lo real aparece lo social (y lo político) cuyo principio de realidad se basa en la dominación bajo el peso de un nuevo régimen  represivo que al mismo tiempo que se despliega constituye el cuerpo social.

El objetivo oculto de la producción es producir realidad: ésta es la resultante de la instauración de un modo –mejor: un mundo- de producción que es a la vez un modo de vida. La compresión de lo humano bajo este orden genera el sujeto y las disciplinas adecuadas para mantenerlo contenido e identificado. Como hemos dicho, la clausura de lo material genera identidades objetivas: El sujeto es a la vez un objeto.

La compresión, la contención y la clausura material permiten la dimensionalidad, que se expresa mediante cifras. Espacio y tiempo mensurables son conquistas de la materialización. Ese espacio es siempre cerrado; asimismo el tiempo va siempre de la mano de la compresión, y siempre es limitado. El concepto de infinito es tan sólo un horizonte, posiblemente aberrante –es decir, un efecto colateral anómalo- resultado de la contradicción entre la cifra y la clausura por un lado y la verdadera naturaleza del mundo por otro: insustancial, infinita, incalculable, ininteligible. En el fondo siempre se trata de arrinconar esa verdad en un punto de fuga neblinoso e inalcanzable para que funcione como coartada –prueba- de la existencia de lo real.

En tanto que modo de producción el orden real materializa también el pensamiento. Lo real es también una escritura, una imagen, una esfera de la cultura, de lo inmaterial, de las ideas: un modo de producción de significación oculto -como su contrapartida “material”- bajo los presupuestos metafísicos de un mundo objetivo anterior e independiente de las formas de representación del mismo. Hoy parece que lo escritural-visual (las pantallas, los lenguajes informáticos, los códigos –como el genético- etc.) y su capacidad de ir más allá de la producción simple mediante la reproducción por modelos está consolidando su dominio definitivo en la dirección del sistema.

Lo real tiene por vocación expandirse (Steigerung: el Aufhebung es sólo una modalidad primaria de lógica expansiva). En una primera fase es un sistema explosivo en el que fuerzas, materia, energía e identidades se organizan al principio como un sistema termodinámico, totalmente distinto de otras formas de organización presentes y pasadas y se desenvuelve a escala macroscópica. Lo microscópico avanza sólo tímidamente. Finalmente el primero encuentra escollos en su movimiento: el sistema basado en la expansión de la energía mediante la fuerza de trabajo cuyo reflejo era un mundo en expansión se encuentra con la tasa decreciente del rendimiento (Marx), fenómeno que se da en todos los niveles y también naturalmente en la producción de bienes y de significación, al igual que la entropía es la caída tendencial de la energía en el horizonte de los sistemas termodinámicos. La saturación de realidad impone un movimiento implosivo, como atestigua el actual triunfo de las nanotecnologías, la microfísica o la microbiología, también la globalización. Ambos dominios, el macro y el micro comienzan a violar las leyes de identidad, no contradicción y tercero excluido. Relativismo y desorden entrópico actúan cada vez con más fuerza en el mundo social y físico. Se produce la emergencia de un nuevo nivel de organización. Es heredero del anterior y se está desplegando actualmente. A partir de ahora trataremos con otro orden que ya no es exactamente el de la realidad, pero que vivimos y analizamos con las herramientas inadecuadas del caduco orden real.

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